Viajar a la bretaña francesa en autocaravana
Escapada en autocaravana desde Málaga a la bretaña francesa. Aprovechando unos espléndidos días de Octubre, programamos un nuevo viaje a Francia. Esta vez sería la costa Oeste, hacer un viaje en autocaravana a la bretaña francesa y como destino final el castillo de Saint Michel.
Otra vez, la emoción se palpaba en el aire mientras cargamos la moto en el garaje, ropa, alguna comida en la nevera y las cosas de aseo. Pero esta vez era algo diferente al viaje a Francia del pasado Mayo. Esta vez íbamos con nuestra nueva viejita autocaravana. Una AC integral burstner Aviano i670 sobre chasis Fiat ducato, que aunque tiene sus años, está impecablemente conservada por su anterior propietario francés.
Y ahora sí, dejando la Costa del Sol en el espejo retrovisor, nos dirigimos hacia una nueva aventura con previsión de hacer unos 4500 kms, visitar lo más posible de la bretaña francesa.
Nuestra primera parada fue Aranda de Duero, Burgos. Llegamos ya al atardecer y solo tiempo de una cena ligera, algo de serie en la Tv y a descansar que mañana sería otra jornada completa.
La Rochelle y Rochefort en terre

Al día siguiente, también ya al atardecer, llegamos a La Rochelle, en Francia, que nos recibió con su encanto portuario y sus fortificaciones históricas. Una ciudad portuaria con un ambiente marinero encantador. Los muelles animados, los faros que señalaban la entrada al puerto y las fortificaciones históricas crearon un paisaje inolvidable. El día siguiente lo disfrutamos paseamos por los muelles, de probar las exquisitas ostras y mejillones en el mercado, donde decenas de puestos y bares llenan de gente los alrededores, disfrutamos de la brisa marina y como nó, degustando una comida deliciosa en un pequeño restaurante junto al puerto. Con la moto recorrimos prácticamente toda la ciudad, desde la zona histórica hasta el puerto deportivo y comercial. La tarde se desvaneció volviendo a nuestra autocaravana y en un área ((Área de la Rochelle) bien cuidada y tranquila, muy grande y espaciosa, pasamos la segunda noche en La Rochelle, pues al día siguiente queríamos seguir al norte, para entrar de lleno en la bretaña.

La mañana siguiente nos llevó a Rochefort-en-Terre, un pueblo con encanto medieval. Este pequeño pueblo en el corazón de Bretaña nos cautivó con su belleza medieval. Rochefort-en-Terre es famoso por sus casas de colores pastel, calles adoquinadas y sus flores que adornan cada esquina. Nos sumergimos en su ambiente tranquilo y visitamos el castillo que domina el paisaje. Sus calles nos transportaron a otra época. Después de explorar sus rincones, merendar con unos pasteles increíbles, hicimos noche en su parking de autocaravanas (Parking de Rochefort en terre). Muy tranquila y junto al pueblo. Uno pueblo con encanto que recomiendo visitar.
Vannes y Josselin

Siguiente día siguiente, Vannes nos dio la bienvenida con sus murallas medievales y su puerto lleno de barcos. Hicimos el recorrido de la ciudad en un tren turístico para tener esa visión general además de los datos históricos. Las calles estrechas del casco antiguo nos llevaron a la catedral gótica de San Pedro, mientras que el mercado local nos tentó con productos frescos y especialidades bretonas. Las casas de entramado de madera y las murallas son una visita obligada.
Buscando sitio donde comer las ostras, y con la movilidad que nos da la moto, encontramos un restaurante muy curioso, Capitán Marée, pues es a la vez un criadero de ostras, en la misma orilla del mar. Todo estupendo y muy buen precio.

Esa misma tarde, salimos para Josselín. Una hora de camino por buenas carreteras y llegamos a un lado estupenda en el pueblo de Josselin. Un poco complicada de encontrarla, pero un sitio ideal junto a un canal y con vistas al castillo.
Nos despertamos en Josselin en una de los parkings, aunque sin servicios, (Parking de Josselin) más bonitos que hemos estado. Una zona de hierba natural, junto a un canal y muy cerca del castillo. Un parking que tiene a un lado, un paseo precioso junto al canal, donde hay un molino de agua y zona de descanso. Todo en un bosque de árboles, con patos en el agua y multitud de aves por la zona.
Al otro lado del parking, el pueblo de Josselin con su imponente castillo como referencia. Nos conquistó con su imponente figura a orillas del río Oust.
Dinan

Salimos por la tarde otra vez hacia el norte, y la noche cayó sobre nosotros en Dinan. Tengo que decir que la entrada estaba bastante mal y estrecha, por la parte baja de la ciudad, donde esta el puerto. Pues nos dirigimos al área que nos mostraba la aplicación. Y nos la encontramos cerrada por problemas de barro en la entrada. EL parking junto al área es imposible por precio y sin servicios. Así que intentamos ir al otro área (Área de Dinan) que marcaba la aplicación con nuevamente problemas por obras que tenían cortada la carretera. Al fin y dando vueltas, por fin lo conseguimos, un hueco muy estrecho, pero habia descarga de aguas, aunque no agua para reponer.
Afortunadamente, con la moto llegamos sin problema a la ciudad, que nos quito todo el mal recuerdo de la llegada del día anterior. Dinan es una ciudad preciosa, una ciudad medieval con sus casas de entramado de madera pintada en colores y sus calles empedradas que invitan a perderse entre sus encantos. es muy curioso como algunas estructuras dan miedo, parece que se van a desmoronar. Pero esta todo muy cuidado y limpio. A destacar entre otras calles, la calle Jerzual.
Saint Malo

Después de comer y un pequeño descanso, en algo más de media hora nos fuimos a Saint Malo. Encontramos bastante sitio en este parking (Parking de Saint Malo) A la mañana siguiente, ya descansados nos fuimos a la zona de puerto, donde se encuentra la muralla que rodea a lo que fue un baluarte, donde está la ciudad antigua. Nos gustó mucho, porque estas murallas, lo que llaman extramuros, te permite recorrerlas por su parte alta y darle la vuelta a toda la ciudad. De manera que tienes a derecha la ciudad, sus calles empedradas y estrechas, sus edificios de piedra, y a la izquierda tienes la vista al puerto, a la entrada del canal al puerto y siguiendo el recorrido, las playas y vistas al mar abierto,, para volver de nuevo a la puerta de la ciudad.
En Saint malo queríamos buscar un buen cocedero de mariscos para pegarnos un festival en nuestra AC. Y vaya si lo encontramos, Chez Françoise Saint-Malo. Nos vinimos a nuestra casita con el maletero de la moto cargados de ostras, mejillones, almejas, langostinos y hasta un poco de ensaladilla y la botella de vino blanco para acompañar.
Tarde de reposo en nuestra AC y series en la TV.
Saint Michel

A la mañana siguiente, una vez repuestos, un poco de carretera y a Saint Michel. Nos fuimos a un área (Área de Saint Michel) que nos recomendaron a unos 3 kilómetros de donde estan los autobuses lanzaderas para ir a Saint Michel. Íbamos a estar dos días y queríamos un área con tranquilidad, un área con todos los servicios, incluido Wifi. El primer día, el de llegada, estaba lloviendo y solo fuimos a ver como funcionaba lo de los autobuses, además de cogerlos para llegar a la entrada de la isla, porque queríamos ver el monte saint Michel con marea baja y asi al dia siguiente, en otro horario, verlo con marea alta.
Mont Saint-Michel es un un islote rocoso, coronado por una abadía que parecía flotar cuando la marea está alta. Durante la edad media se fue rodeando de calles y casas habitadas, hasta que para defensa en la guerra de los cien años, se construye la muralla que la rodea.
El autobús lanzadera, gratuito, te lleva hasta final del puente, a la entrada del recinto. Nada más entrar, ya ves que es una atracción turística de primer orden, es el sitio más visitado de Normandía. Por esas calles estrechas, hay una marea de gente que entra, sube. Y otra marea de gente que sale, baja. Es un lugar no aptos para personas con incapacidad de movilidad. Cuestas, escaleras, piedra y gente, mucha gente por esos pasillos estrechos. Hay que pagar para ver la abadía y creo que merece la pena. Además de empaparte de la historia de esta fortaleza que aguantó tantas guerras y reyes, al acceder hasta la abadía, te permite llegar a lo más alto, donde las vistas merecen la pena.
Fougeres

Después de todo un día de visita a esta maravilla, patrimonio de la humanidad, toca retirarse a descansar, pues mañana saldremos con un nuevo rumbo, ya hacia el sur. Apenas 50 kilómetros, encontraremos Fougeres. Hicimos noche en un parking (Parking de Fougeres) con descarga que estaba tranquilo y justo al lado del castillo. No hay posibilidad de carga de aguas y estaba bastante sucio.
Fougères nos decepcionó un poco. Estábamos buscando ver un verdadero Castillo medieval y lo que nos encontramos fue unas ruinas demasiado restauradas. Un recinto bastante pequeño, aunque por fuera las murallas indicaban que en el origen sería mayor. No había ninguna sala donde hacerte una idea de la vida y costumbres del castillo, aparte de una muy mala proyección de dibujos en las paredes. No terminamos contentos y decidimos poner rumbo a otro castillo recomendado. Y aunque nos desviará un poco de nuestra ruta, confirmamos que al final mereció mucho la pena. Así que vuelta a la AC y coordenadas para el castillo de Ussé.
Castillo de Ussé y Burdeos

El Castillo de Ussé dicen que sirvió de inspiración para el cuento de La Bella Durmiente. Ahora es una antigua residencia nobiliaria francesa, que aunque es visitable, mantiene algunas salas y zonas cerrada al público. Nos cuentan que está habitada solo unos días o temporadas, pero el Castillo está perfectamente conservado, tanto interiores, como exteriores, capilla, jardines y bodegas. Se construyó en el siglo XV, aunque esta rehabilitado en varias ocasiones y mantiene ese aire elegante de castillo, con sus Torres, salones, etc, en perfecto estado.
Dormimos esa noche en un área de Ussé, que fue premiada como una de las mejores áreas de autocaravanas. Es un área pequeña (Área de Ussé), a modo circular para apenas 10 autocaravanas, pero que está rodeada de jardines y se encuentra en una zona residencial. Muy tranquila y bien cuidada.

Día siguiente haríamos una ruta larga, hasta Burdeos. Un área municipal en las afueras, sin servicio y miles de mosquitos¡¡ pero que sirvió para descansar y preparar el día siguiente de visita a Burdeos.
Decidimos nuevamente coger un autobús turístico. Creemos que es la forma más rápida y fácil de visitar lo mas importante de una ciudad. Una vez terminado el recorrido, fuimos a ver con detenimiento aquello que más nos interesó, la catedral, la plaza de la bolsa, la puerta de la campana y la de Cailhau. El resto de calles y plazas del casco antiguo las recorrimos en moto. La parada para comer otro acierto, un pequeño bar con marisco en el mismo mercado de los capuchinos.
San Juan de luz, San Sebastián y Lerma

Despues de Burdeos, fuimos hasta San Juan de Luz, ya muy cerca de la frontera con España. Estábamos buscando un pueblecito en la costa, donde pudiésemos pasear por la playa. El tiempo estaba perfecto, la temperatura agradable y ahora tocaba relajarse un poco. Y San Juan de luz es el sitio perfecto. El área es un parking pequeño (Parking de San Juan de luz), mas que pequeño, entre la carretera y la vía del tren. Aunque tengo que reconocer que no era tan molesto el ruido como al principio parecía, además, estuvimos todo el dia fuera y ya la noche está todo tranquilo. Es un parking de auto pago y al final pasan a comprobar que todo el mundo haya pagado.

Día siguiente aprovechamos también el día de relax en la playa para salir por la tarde a San Sebastián. Pero el área de la ciudad estaba a tope, ni un alfiler y tuvimos que hacer noche en una calle cercana, mal nivelado y escuchando los coches hasta muy tarde de la noche. Quizás esa mala experiencia y que ya conocíamos San Sebastián, decidimos salir de allí y llegar a Lerma, en Burgos. Teníamos reservado dos días en un área en Madrid y teníamos un día por medio, por lo que en Lerma hicimos dos noches. Un área perfecta (Área de Lerma) tranquila, limpia, con servicios y en el mismo pueblo. A comer en el pueblo en un asador muy recomendable, y después de algunas compras de viandas como queso, morcilla, salchichón y pan bueno para pasar los días entretenido ¡¡¡ Esa comida castellana ¡¡¡
Madrid y vuelta a casa
En Madrid nos quedamos el fin de semana. Estuvimos en el área Las cigueñas (Área de Madrid), bastante bien teniendo en cuenta que solo tienes opción a esta área cerca de Madrid. Aunque Madrid ya la conocemos de sobra, siempre tiene espectáculo o sorpresas que ver. Nos gusta mucho.
Lunes de vuelta a Málaga. Con el corazón lleno de recuerdos, pusimos rumbo a casa en Mijas, 4500 kilómetros y 21 días de viaje, cerrando así otro capítulo inolvidable de viajes en autocaravana. Cada parada, cada ciudad, cada atardecer se convirtieron en tesoros que guardamos en el cofre de los recuerdos, marcando un viaje que siempre llevaremos en el corazón. Nos encantó la bretaña francesa. Hacer un viaje en autocaravana a la bretaña francesa, como el anterior viaje en autocaravana a la provenza, han sido muy especiales. Nos sentimos muy afortunados de viajar en autocaravana y ya estamos programando nuestro siguiente viaje.
PD. No hemos tenido ningún problema con la autocaravana, de tráfico o con personas o sitios. Aunque hemos aprendido más cosas. Accesorios que son imprescindibles en una autocaravana, vajilla más adecuada, herramientas que debemos llevar, como organizar los viajes.