Extremadura

Viajar a Extremadura en autocaravana

Viajando por extremadura en autocaravana.

Octubre de 2022 fue un mes que quedará marcado en mi memoria como el momento en que decidimos emprender el primer gran viaje en autocaravana. Antes habíamos hecho salidas de fines de semana, algunos días seguidos cerca de casa en Cádiz, Granada y Huelva. Pero un viaje en autocaravana por Extremadura, era probar algunas cosa mas, ya hablábamos de 7/10 días de ruta.
Con la temperatura de la costa del sol y sin imaginarnos que la ropa de invierno que habíamos echado no llegaríamos a sacarla, comenzamos esta aventura que me llevaría a descubrir la riqueza cultural y natural de esta región española. Una aventura inolvidable a bordo de nuestra autocaravana. Qué ver en Extremadura viajando en autocaravana?, la respuesta es todo, Extremadura es una gran destino para viajar en autocaravana.

Mérida, Trujillo, Plasencia

Mérida, visita en autocaravana a la Merida, Caceres.

La primera parada fue en Mérida. Llegamos al atardecer, justo para un paseo y descansar para el día siguiente que parece que había mucho que ver. Nos quedamos aquí,  en una calle a la trasera del teatro romano, con otras autocaravanas y junto a un campo de fútbol, así que nada más abrir la puerta, ya estábamos metidos en el corazón de la historia romana. Quedamos asombrados por la riqueza histórica de la ciudad, con su imponente teatro romano, el majestuoso Anfiteatro, el arco de Trajano, la alcazaba, el templo de Diana, el puente romano y una sorprende casa de Mitreo.

La historia de Mérida es impresionante y no deben perdérsela. Totalmente recomendable visitar, no sabría decirte si el teatro romano, la alcazaba, el puente romano,.. todo es digno de ver, aunque me quedó un muy sabor de la casa de mitreo. De todas formas, la sensación de caminar por esas calles hace que se respire historia a cada paso.</p>

Trujillo. Cáceres. Viajes en autocaravana por ExtremaduraDesde Mérida, al final del día nos dirigimos a Trujillo, un tesoro medieval que nos transportó a otra época con sus calles empedradas y la impresionante Plaza Mayor, con la Iglesia de Santa María la Mayor. La estatua ecuestre de Francisco Pizarro nos recordó los vínculos de la ciudad con la conquista del Nuevo Mundo. Y el imponente Castillo de Trujillo, en una colina con vistas toda la ciudad, cuna de conquistadores. Merece la pena un paseo por el centro histórico, por sus calles y soportales.

Plasencia, Cáceres. Viajando en autocaravana por extremaduraEl día siguiente, en Plasencia, en un parking sin servicios, pero más que tranquilos y seguros. En una zona muy relajante pues hay una isla en medio del río jerte, jardines y zona de ocio para familias. Y con un acceso por escaleras mecánicas que en un momento te llevan al casco histórico de la ciudad. Una ciudad donde hay que perderse y andar por las callejuelas y plazas. Y pararse en las fachadas. Todo es historia. Con su catedral nueva, la catedral vieja y murallas bien conservadas. Con sus palacios y casas señoriales, la iglesia de San Vicente Ferrer, la iglesia de San Nicolás, el Convento de Carmelitas ó la iglesia de San Juan, y también la judería.

Sierra de Gredos

Valverde de la Vera. Comarca de la vera en Cáceres.Después de 3 días de visitas a ciudades y su historia, tocaba el turno a la naturaleza. La verdadera aventura comenzó al subir la carretera de montaña de Casas del castañar, para recorrer la comarca de la vera, entre campos de pimientos rojos, de donde hacen el famoso pimentón de la vera, también campos extensos de tabaco. Visitamos la mayor parte de los pueblos de esa comarca, para hacer noche en un área con servicios municipal y gratuita en Valverde de la Vera. Gracias al municipio por este área tan limpia, llana y al lado del pueblo. Por cierto, no dejéis de visitar Supermercado Super Ahorro Jaramillo para comprar queso, morcilla, salchichon y pimenton. Que no os engañe el nombre porque todo lo que tienen es una exquisitez.

Monasterio de San jeronimo. Yuste, Caceres

Al día siguiente, volvimos para hacer Robledillo de la Vera, Losar, Jarandilla de la Vera, donde visitamos el Castillo de los Condes de Oropesa, o  llamado también Palacio de Carlos V porque fue su residencia durante tres meses, hasta que finalizaron las obras de su Palacio en Yuste. En la actualidad, alberga el Parador Nacional de Turismo. Pasamos por Cuacos de Yuste, un encantador pueblo donde hicimos compras de pan, frutas y verduras. A pocos minutos se llega al Monasterio de Yuste, donde Carlos V pasó sus últimos días. Y  antes de llegar al monasterio, un cementerio alemán, una curiosidad que alberga a todos los soldados caídos durante la guerra en España y que el gobierno alemán reunió en un solo lugar. Y desde el Monasterio, cogimos una carretera también preciosa, hasta Garganta de la Olla, con cuidado, sin prisas y disfrutando de estar entre castaños, robles y cerezos.

Lástima de fuese después del verano y a pesar de recoger agua de los manantiales de la sierra de gredos, casi todas las gargantas que vimos estaban secas o con poca agua. El camino inverso nos hizo volver a subir. La sinuosa ruta nos ofreció vistas espectaculares, con paisajes que cambiaban a cada curva, pasando por varias gargantas y piscinas naturales hasta Piornal y bajada a Valdastillas,  otra pasada de carretera de montaña que tanto me gustan, para enlazar de nuevo la carretera nacional dirección a Jerte.</p>

Hervás y Granadilla

Al día siguiente pasamos por Jerte y hicimos un giro hacia Hervás, donde vimos el barrio judío muy bien conservado, las callecitas empedradas de este pueblo tan bonito, sus campos de cerezos y vimos un patio de una casa particular con cientos, miles de macetitas con cactus, algunas diminutas en conchas de almejas. Algo muy curioso. Como anécdota, fué el único día que llovió un poco, de hecho el resto de los días fueron demasiado calurosos para andar pateando las calles en cuesta de los pueblos o ciudades. Y ese día que llovió, al llegar a nuestra casita, cambiarte de ropa seca, hacerte un café y sentarse para mirar la lluvia por la ventana, no tiene precio ¡¡¡

Siguiente rumbo, apenas 40 minutos por una carretera desierta, a Granadilla. Granadilla, una ciudad abandonada y reconstruida en un embalse, es una antigua villa amurallada de origen feudal. En 1960, fue expropiada por el Estado,  al transformarse en zona inundable debido a la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Aunque permanece bajo esa catalogación, en ningún momento el pueblo ha llegado a estar inundado, ni siquiera con el embalse lleno. En 1980, la villa fue declarada Conjunto histórico-artístico y cuatro años después, en 1984, elegida para su inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados.

Cuando llegamos, había un grupo de chavales, dirigidos por unos maestros, haciendo trabajos de rehabilitación. Todo está cuidado y es muy curioso de ver. En la entrada de esta villa, bajo el castillo, hay una zona de aparcamientos que se puede pernoctar. Pero se hacía de noche, estábamos solos, sin nadie más y llegaron unos chavales con la música alta y jaleo, por lo que decidimos ir a Zarza de granadilla, donde pasamos la noche la mar de tranquilos en un parking junto a un colegio.

Las hurdes, Puerto de Esperabán

Al día siguiente, tomamos camino de lo que sería, la ruta más cañera, más alta de montaña, más bonita de hacer. Donde las vistas superaron cualquier expectativa que llevábamos.
Todo empezó cruzando el embalse de «Gabriel y Galán» dirección oeste, pasando por Mohedas de granadilla, por Casar de palomero, Aceña, Caminomorisco, Mesegal y después de un par de intentos de Google maps de llevarnos por caminos cortafuegos, nos dirigimos hacia el norte, hacia la Sierra, pasando por Muela, Robledo, Horcajo, Castillo, Las Erías, Aldehuela y llegar al Puerto de Esperabán.

Imposible transmitir ese camino entre pinares, montañas, tajos, subidas y subidas hasta los 1295 metros. Tiene una longitud de 22.2 kilómetros desde  la Muela al puerto y un ascenso de 944 metros verticales con una pendiente de 4.3% en promedio, aunque los últimos 6 kms son del 8% y algún tramo del 9%. Al final del puerto, la carretera se termina, no hay nada, ni por dónde seguir.

Hay un mirador con una especie de merendero, con unas vistas que quitan el hipo. Hay un silencio grandioso y una sensación de haber conseguido algo que posiblemente no lo vayas a encontrar mas veces. No hay hoteles, no hay gorrillas de aparcamiento, no hay bares ni tiendas, no hay calles ni luces ni claxon de coches. Hay inmensidad, vistas hasta el final del horizonte y paz. Comer y disfrutar del entorno en tu casita, con esas vistas, tiene más de un diez.

Robledillo de gata

El puerto se baja despacio, con prudencia y en silencio para captar todo lo que se pueda, para recordarlo durante mucho tiempo.
Así que de nuevo a la aventura, la siguiente parada estaba programada desde hace tiempo, nos hablaron de Robledillo de gata y allí íbamos.

Robledillo de Gata. Viajando en autocaravana por Cáceres. Extremadura

Robledillo de Gata se declarada bien de interés cultural, con categoría de Conjunto Histórico.
Sus casas de pizarra, adobe y madera, sus 86 habitantes, hacen de este un paso obligado para visitar en las Hurdes.
Uno de los monumentos de más interés de este pueblo es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, de visita obligada para los visitantes. Pero las calles estrechas, entre casas de adobe y madera. Con el color de lo antiguo, son el sello de Robledillo.
Para aparcar no hay problema en la entrada del pueblo, que tiene un parking fácil de maniobrar.

Alcántara

Puente de alcántara. Viajando por extremadura en autocaravana

Al día siguiente, tomamos camino de Alcántara.
Antes de llegar, vimos un cruce que ponía Piscina natural o playa de Alcántara. Así que nos desviamos para ver qué era esa playa de Alcántara. Y si que es curioso ¡¡   Es una cantera inundada, donde el acceso al agua se hace por una playa de arena fina que no tiene nada que envidiar a las playas mediterráneas. En la playa, alrededor, tienes las paredes de lo que fue una antigua cantera, asi que mas que una playa parece una gran piscina en medio de la nada.

Siguiendo la carretera hacia Alcántara, lo primero que te encuentras es el famoso puente de Alcántara, sobre el río Tajo. Una obra de ingeniería romana construida hace más de 1900 años y que nos parece increíble cómo se podían hacer estas obras, de 6 arcos y casi 60 metros de alto por 200 de largo en esa época. Una obra impresionante de ingeniería como otras muchas que nos dejo el período romano en España.

Alcantara, Caceres.En Alcántara, hicimos noche en un parking gratuito con servicios, gracias, municipio, por estos servicios a los autocaravanistas.
En Alcántara, hay cosas que ver, hay que pasear por el pueblo. Hay que entrar en Iglesia de Santa María de Almocóvar, la iglesia de San Pedro de Alcántara y el Convento de San Benito, el arco de la Concepción, y por toda la villa pueden verse casas señoriales y restos de los antiguos palacios.
En el Convento de San Benito, hay que entrar y ver la historia de la orden de Alcántara. El acceso es gratuito y no solo las salas son dignas de ver, también es interesante la historia que se ven en pantallas audiovisuales.
Y como agradecimiento al municipio por su gentileza de ponernos un área donde poder pernoctar, hacemos gasto en sus bares y tiendas para probar la gastronomía del lugar.

Cáceres

Cáceres, visita en autocaravana.Al día siguiente, apenas 1 hora de camino, vamos a Cáceres. Aparcamos en una zona de aparcamientos libres, frente a la ciudad de Cáceres, con unas vistas estupendas y apenas 10 minutos del casco histórico. Cáceres nos recibió con su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad. Una ciudad fundada por romanos y aún conserva diversos vestigios de las diferentes culturas que la ocuparon posteriormente.

Cáceres es una ciudad monumental,  con calles medievales adoquinadas y casas y palacios fortificados. Está rodeada por una muralla morisca del siglo XII y tiene alrededor de 30 torres. Es una ciudad muy entretenida de visitar, por cuanto vayas por donde vayas, tienes que pararte para ver y hacer fotos. Nos gustó mucho la catedral, la plaza mayor, la escultura de San Pedro de Alcántara y varios palacios que hay en el casco histórico.
Nuestro viaje llegaba a su fín, la última noche la pasamos en Monesterio, antes de emprender el regreso a casa en Mijas.
Gracias Extremadura, gracias Cáceres entera por dar la bienvenida a los autocaravanistas. Tu tierra es preciosa, tu gente y la gastronomía. Volveremos sin duda. Viajar a Extremadura en autocaravana ha sido todo un placer. Hasta pronto