Florencia

Descubriendo Florencia en autocaravana: una experiencia inolvidable

Nuestro viaje a Florencia comenzó estacionando nuestra autocaravana en un área situada a unos 7 kilómetros del centro. Aunque no tenia servicios, solo electricidad, y el espacio era mínimo, el ambiente era tranquilo y nos permitió descansar cómodamente tras el viaje. Desde allí, usamos nuestra moto para desplazarnos a la ciudad, lo que nos dio una enorme libertad para explorar cada rincón de este lugar lleno de historia, arte y encanto.

El corazón de Florencia

Catedral de Florencia

La primera jornada la dedicamos a descubrir el centro histórico, considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde el primer momento, nos sorprendió la limpieza y el orden de la ciudad. A pesar de ser un destino turístico muy concurrido, las calles estaban impecables, y notamos un esfuerzo evidente por parte de las autoridades para mantener el patrimonio y los espacios públicos en perfecto estado.

Comenzamos con la majestuosa Catedral de Santa María del Fiore, o Duomo, cuya cúpula de Brunelleschi se alza como un símbolo de Florencia. Subimos al Campanile de Giotto, desde donde obtuvimos vistas impresionantes de toda la ciudad. Junto a la catedral, el Batisterio de San Juan, con sus célebres puertas de bronce, nos dejó boquiabiertos.

Paseamos por las estrechas y encantadoras calles del casco antiguo, donde cada esquina nos contaba una historia. Visitamos la Basílica de Santa Croce, un lugar solemne y lleno de arte, y nos detuvimos en pequeños cafés para disfrutar de un expreso mientras observábamos el ir y venir de los locales y turistas. Lo que más nos sorprendió fue el ambiente tranquilo y bien organizado, incluso en las zonas más concurridas. 

Después subimos con la moto al Mirador de Piazzale Michelangelo, uno de los puntos más hermosos de Florencia. Desde allí, contemplamos cómo los tonos cálidos del sol bañaban la ciudad, resaltando la cúpula de la catedral y el río Arno. Fue un momento mágico, acompañado por músicos callejeros que aportaron una banda sonora inolvidable a esta experiencia

Interior de capital de florencia

Puentes, plazas y gastronomía

Puente vecchio, Florencia

El segundo día lo dedicamos a explorar las joyas más emblemáticas de Florencia, comenzando por el legendario Puente Vecchio. Este puente medieval, lleno de pequeñas joyerías y tiendas de artesanía, es un símbolo del comercio y la historia de la ciudad. Nos encantó pasear por allí mientras admirábamos las vistas del río Arno, cuyas aguas reflejaban la belleza de las coloridas fachadas.

Continuamos hacia la Piazza della Signoria, el corazón político de la ciudad, dominada por el imponente Palazzo Vecchio y rodeada de esculturas extraordinarias, como una réplica del David de Miguel Ángel. La plaza, limpia y bien cuidada, nos invitaba a quedarnos y disfrutar de su atmósfera vibrante.

Durante la jornada, nos deleitamos con la gastronomía local. Probamos helados artesanales en una de las famosas heladerías del centro. Cada sabor era un pequeño homenaje a la tradición italiana, y fue difícil no repetir. Para el almuerzo, disfrutamos de una suculenta bistecca alla fiorentina, acompañada de un buen vino toscano que complementó perfectamente la comida.

Por la tarde, exploramos algunos mercados locales, donde compramos recuerdos y productos típicos de la región, como aceite de oliva y vinos. Cada esquina de Florencia estaba impecable, desde sus grandes plazas hasta los pequeños rincones que descubrimos por casualidad. Se nota que los florentinos tienen un profundo respeto por su ciudad y su patrimonio.

Palazzo Vecchio, palacio Vecchio, Piazza della signoria en Florencia

Florencia merece la pena ¡¡

 

 

Florencia desde el mirador

 Florencia desde uno de los mejores miradores, Piazzale Michelangelo. Porque las vistas abarcan toda la ciudad: el río, el Ponte Vecchio, el Duomo, el Palazzo Vecchio, etc.

Florencia nos conquistó por completo. Es una ciudad que combina la grandeza de su legado histórico con una gestión moderna y eficiente. La limpieza de las calles, el cuidado de los monumentos y el orden en sus zonas más concurridas son un ejemplo de cómo un destino turístico puede mantener su autenticidad y calidad.

El uso de nuestra autocaravana como base y la moto como medio de transporte fueron clave para aprovechar al máximo estos dos días. Nos fuimos con la certeza de que volveremos, no solo por la belleza de la ciudad, sino por la calidez de su gente y la experiencia inolvidable que nos ofreció. Florencia es, sin duda, un destino imprescindible para los amantes de la historia, el arte y la buena vida.